Acceso Libre

La alteración de las condiciones normales de la oferta y la demanda de bienes y servicios, a consecuencia de la ocurrencia de desastres suele acentuar el impacto de estos. Más aún, en un desastre existe el riesgo de que la ayuda humanitaria o la expectativa de reconstrucción sin un adecuado manejo del mercado puedan contribuir al colapso de precios y la quiebra de diversos negocios. Muchos ejemplos evidencian este riesgo: la interrupción de los flujos comerciales a consecuencia de las grandes inundaciones en la costa central y el norte del país asociadas al Fenómeno El Niño; el aislamiento derivado de la destrucción o interrupción temporal de las carreteras ante los huaycos e inundaciones; la afectación de los sistemas de almacenamiento y distribución de alimentos a consecuencia de sismos de gran intensidad y sus consecuencias violentas, como ocurriera hace pocos años en Chile. También, el contexto de los desastres y los procesos de rehabilitación y reconstrucción suelen devenir en alteraciones sustantivas en los mercados, lo que se refleja en incrementos, a veces descontrolados de los precios, como sucedió en Ica después del sismo del 2007 cuando los precios de los materiales de construcción subieron más del 200% debido a las expectativas de demanda y a la consiguiente especulación. Lejos de ser solo característica de los grandes desastres, la alteración de los mercados perturba significativamente a las poblaciones afectadas por los pequeños desastres.

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