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El documento analiza los límites de cualquier forma familiar privatizada de organizar la vida, no solo los formados por parejas heterosexuales con hijos, para la democracia. Con base en este análisis, se discute la reconfiguración de las estructuras de autoridad como necesarias para recrear las formas colectivas de responsabilidad en la vida cotidiana. En las sociedades contemporáneas (el texto se centra en los EE. UU.), La precarización del apoyo para el cuidado de niños y ancianos, pero también el cuidado mutuo entre adultos, ha llevado a políticas conservadoras que exaltan a la familia. Esto corresponde, sin embargo, a una sobrecarga de funciones donde las mujeres y los trabajadores están especialmente bajo presión para tomar ocupaciones que les permitirían mantener a sus familias y, aunque les queda poco tiempo, proporcionar todo el trabajo y el apoyo necesarios para la atención y reproducción cotidiana de la vida en el estricto dominio privado familiar. Al mismo tiempo, las políticas de Estado de Bienestar significaban formas de control no democráticas, especialmente en las mujeres que no cumplían con los estándares convencionales, como las madres solteras. Las formas colectivas democráticas de compartir la atención, alentadas por las políticas públicas y los recursos, permitirían un mayor apoyo a las personas, formas más solidarias de coexistencia y relaciones más igualitarias.

Texto en portugués