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Las relaciones afectivas son parte de la vida cotidiana de las personas y un factor que genera desigualdades en las democracias, aunque apenas se discuten en Ciencia Política y prácticamente no están presentes en la Ciencia Política Brasileña. La configuración de esas relaciones es fundamental para las posibilidades de acceso a los recursos y la participación política, así como para garantizar la integridad física y psicológica de las personas. Aunque la responsabilidad de las mujeres en las tareas domésticas -en las que se incluye cuidar a los demás, especialmente a los más vulnerables- es un aspecto central en las asimetrías existentes, las formas mercantilizadas de cuidado también son un elemento importante en las desigualdades de clase. Este artículo propone un cambio de la noción liberal de responsabilidad hacia la cuestión de la responsabilidad desigual. Analiza la división sexual del trabajo y las diferentes formas de dependencia que forman parte de la vida cotidiana, colocando el cuidado como un tema fundamental para la democracia y la justicia.

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