Nota académica.

Incluye referencias bibliográficas.

Acceso libre

Consolidar el desarrollo y una mejor distribución de las oportunidades para todos los peruanos tiene como requisito una reforma del Estado que garantice una acción pública más eficaz y ágil. El modelo de Estado y de gestión de las políticas públicas vigente está en cuestión, tal y como lo demuestran diferentes situaciones complejas en que se pone a prueba su capacidad. Uno de los componentes centrales de dicha reforma es la creación de una carrera pública profesional que precisa de un amplio debate ciudadano para implementarla. La encuesta Ipsos MORI sobre el nivel de confianza de profesiones aplicada en Gran Bretaña en 2014 muestra que el 55% de los ciudadanos confía en sus funcionarios públicos1. Esta tendencia, creciente en los últimos 30 años, es muy superior a los resultados obtenidos por políticos, líderes empresariales y sindicales o incluso periodistas británicos. Ello es consistente con declaraciones como la del ex ministro británico J. Hutton, quien señala que la administración pública es un activo económico vital para su país por su excelencia en la prestación de servicios públicos de los que se benefician tanto ciudadanos y empresas 2 . ¿Podemos decir lo mismo en nuestro país?.

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