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El reconocimiento del sistema jurídico latinoamericano en el marco del sistema jurídico romanístico es, de hecho, un resultado de la ciencia jurídica latinoamericana de los últimos decenios del siglo XIX y principios del siglo XX, a partir de la obra de Clóvis Beviláqua, que así interpreta el resultado del proceso de elaboración de los "códigos de la transfusión del derecho romano y de la Independencia, de la Cunha Lobo, de Martínez Paz, para llegar a aquella de C. Fernández Sessarego, F. Hinestrosa, JC Moreira Alves y otros, ". Esto es explícitamente formulado por primera vez (la primera edición del Resumen de las Licencias de Legislación Comparada sobre el Derecho Privado de Beviláqua es de 1893) poco después de la individualización del propio nombre América Latina, nombre usado por primera vez por patriotas latinoamericanos (Francisco En el marco de proyectos de estructuras político jurídicas articuladas y unitarias, derivación de la idea bolivariana de "república de repúblicas", para la defensa de una madura identidad independiente del continente; nombre, además, usado en los mismos años en Roma por el sacerdote chileno José Ignacio Eyzaguirre Portales en la creación del Pío Colegio Latinoamericano destinado a la formación del clero del continente. El reconocimiento del "sistema jurídico latinoamericano" está, por lo tanto, unido a los episodios de la afirmación de la identidad independiente del pueblo latinoamericano, de sus constituciones y de sus códigos, conforme a la definición de pueblo dada por Cicerón y fundada, justamente, sobre el derecho.

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